Entre las siete y las nueve, la mayoría de los hogares con niños se convierten en un auténtico hervidero, niños que no son capaces de terminarse la leche, mamás o cuidadoras que ven que ya se ha pasado la hora de salir de casa y el pequeño todavía no se mueve de su sitio, llantos, gritos,... En fin un auténtico caos. Toda la casa nerviosa y de mal humor para obtener un resultado bastante negativo, llegar al colegio con la lengua fuera, histéricos y tarde.
Llegar puntual al colegio, es una obligación que nuestros pequeños deben aprender y asumir ya que será una premisa imprescindible para el resto de sus vidas. Pero nosotros como adultos deberíamos ya saber, que cuanto más se presiona a un niño, más nervioso se pone. Por lo general si gritamos todo lo que conseguimos es aturdirle y que todavía sea más lento. Esta situación de estrés nos lleva a todos adultos y niños a comenzar el día de una forma bastante negativa y con una ansiedad añadida fácilmente evitable. El único camino viable para cambiar esta situación es crear un ambiente tranquilo y relajado por las mañanas.
Lo primero que debemos plantearnos es por que no nos dá tiempo a llegar. Es muy posible que con una hora no sea tiempo suficiente como para desayunar, vestirles y arreglarnos nosotros también. Por lo tanto vamos a empezar con una serie de sencillas pautas, para que las mañanas dejen de ser un martirio y se conviertan en una agradable rutina familiar:
La hora de levantarse, es fundamental que los niños descansen entre ocho y diez horas al día, por lo que el primer cambio que tenemos que llevar a cabo es analizar a que hora se acuestan los niños, y calcular el tiempo necesario para que duerman sus diez horas. Si adelantamos la hora de acostarse en media hora, ese tiempo lo ganaremos por las mañanas, dándole un margen a que se despierte lentamente, no en vano se dice “duermes como un bebe”, los niños duermen más profundamente que los adultos y necesitan un poco más de tiempo para estar activos.
En esta reestructuración de horarios posiblemente, tu tengas también que realizar un pequeño sacrificio y levantarte diez minutos antes, para estar lista para cuando se levanten los niños. Quizá, también debas cambiar el orden de tus actividades matinales, en lugar de café, ducha y levantar a los niños puedas hacer ducha, levantar a los niños y café con ellos.
En muchos hogares el día comienza con Doraimo o con cualquier otra serie de dibujos animados. Este debería ser el siguiente habito a modificar, con los dibujos puestos es imposible que un niño medio dormido, se centre en ninguna otra actividad que no sea mirar el televisor. Una vez más nos referimos a la comunicación familiar. La televisión anula cualquier intento de dialogo. Además aturden al niño que en lugar de empezar el día despejado, charlando sobre lo que hizo el día anterior y lo que va a hacer hoy, comienza con un bombardeo de imágenes que nada tienen que ver con su realidad.
La hora que tenemos para comenzar el día cunde lo que cunde, por lo que no es conveniente añadirle más actividades de las que ya tiene. Es decir para conseguir un tiempo extra relajado con nuestros pequeños, es necesario haber dejado preparado todo la noche anterior, ropa, deberes, mochilas, ....
Para cambiar estos malos hábitos, te proponemos que planifiques una lista de desayunos semanales, con ideas atractivas para ellos (el lunes servilletas de colores colocadas de formas originales, el martes tortitas con nata, el miércoles sandwiches cortados en forma de animales, ....). Cuando ellos se levanten la mesa del desayuno (que por supuesto deberá estar ya preparada) parecerá una mesa de fiesta, poco a poco les podrás implicar a ellos para que se encarguen cada día de inventar el desayuno para el resto de la familia. Su creatividad es inmensa y si tu transmites y le das un sentido especial a los desayunos, ellos lo captaran rápidamente, y se implicaran sin problemas. Por supuesto lo deseable es que todos los miembros de la familia se sientan juntos y tranquilos a tomar un buen desayuno, además de ser la comida más importante del día, en muchos casos es la única en la que coincide toda la familia.
Esfuérzate para que además, sea un momento feliz, cuéntales cosas de cuando eran pequeños, chistes, .... Salir de casa con una actitud positiva, les dará una capacidad superior para asumir sus tareas diarias. No caigas en la tentación de permitirles el fin de semana volver a la rutina anterior, ver la televisión, etc. La recompensa del fin de semana puede ser desayunar todos juntos en la cama.
Con estas sencillas pautas el momento de salir de casa pasara de ser el más horroroso del día, a convertirse en ese ratito familiar, en el que ellos se sienten importantes. Siempre, siempre te recomendaremos que hables con tus hijos lo más posible, el desayuno puede ser el mejor momento del día.
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