No es muy sencillo divorciarse y resulta muy difícil a las parejas ponerle fin a su matrimonio, aunque hayan tratado de solucionar sus problemas, no han podido y optan por alejarse, separarse; en ciertos casos ambos padres deciden divorciarse, en otros solo uno, pero en general se sienten desilusionados porque su matrimonio no duro para siempre como lo tenían planeado.
Muchos niños no desean que sus padres se divorcien, pero hay casos en los que tienen sentimientos encontrados con este tema, ya que cuando sus padres estaban juntos discutían y no eran felices, por eso algunos niños se sienten aliviados con la separación. Hay que explicarles a los niños que el hecho de los padres se hayan divorciado no significa que se alejen de él, si bien es cierto el niño vivirá con uno de ellos pero no significa que dejara de ser su mama o su papa, por vivir separado.
Se le tiene que explicar a los niños que sus padres seguirán siendo sus padres y que eso nunca cambiara. Hay mucho niños que les afecta y comienzan a tener cambios en el aspecto sentimental lo pueden expresar con miedo, enojo, tristeza, sienten que su mundo se derrumbo por completo, si los padres no pueden manejar esta situación es mejor que acudan a buscar ayuda profesional para evitar consecuencia cuando ellos crezcan.
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