Cuando una es madre, es muy difícil decirle que no a nuestros hijos. Incluso cuando hemos sido criadas con mucha disciplina deseamos no ser tan duras con ellos y solemos decirles que Sí a todo. Es preciso que tome conciencia que criar a un hijo no implica hacer todo lo contrario a lo que hacían nuestros padres, al contrario debemos tomar en cuenta otros factores y ayudarnos de ese patrón que vivimos en la infancia.
Por eso no es recomendable que cuando son pequeños le aceptemos todo, tampoco comprarles todo lo que pidan para evitar que lloren o nos hagan alguna escena dramática. Tenga presente que su hijo tiene que aprender a escuchar negativas pues en un futuro no se encontrará con padres benevolentes sino con amigos, profesores, jefes que tal vez les enseñen a la mala lo dura que es la vida.
Entonces le recomendamos ser responsable, para tomar decisiones, por ejemplo si a su pequeño se le antoja comer una galleta justo minutos antes de su almuerzo, usted ya sabe que no comerá igual, por eso no tenga temor en decirle que no o en comprarla y proponerle comerla después.
Cuando tome una postura no la cambie, así su hijo llore, grite o patalee, usted ya ha tomado una decisión y nada ni nadie le harán cambiar de opinión, hágale entender que con llantos no solucionará nada y que usted lo hace por su bien.
Si igual usted se siente culpable, no de su brazo a torcer, es importante que su niño reconozca quien es la figura paterna y su autoridad. Tal vez después de este incómodo episodio puede plantear una salida al zoológico o ir a visitar algún parque de diversiones pero en el mismo momento no se quiebre.
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