A veces existen parejas que nunca terminan de pelear. Hay parejas que a veces pelean por el poder y otras que ni siquiera saben porque pelean.
Podemos separar en tres grupos a estas personas y los motivos por los que pelean:
Los que siempre quieren tener la última palabra: son las personas que se cierran, no quieren saber de opiniones. No se dan cuenta que el querer tener siempre la razón es tratar de colocarse encima del otro.
Los que no expresan sentimientos hablando: estas personas no expresan lo que sienten con palabras, solo saben hacerse oír por medio de gritos y violencia.
Los que toman venganza: estas personas frente a una situación frustrante o a una mala actitud toman represalias inmediatamente. Estas personas suelen convertir su dolor en ira y ésta en acción.
Los momentos de peleas cada vez suelen ser más fuertes, porque ninguno de los dos quiere ceder ni dar su brazo a torcer, esto hace que las respuestas sean cada vez más fuertes y agresivas.
Generalmente después de la ira, nos damos cuenta de las cosas que hemos dicho y hecho, entra el arrepentimiento, pero el daño ya esta hecho.
Lo mejor es comenzar a investigar la raíz del problema, pensar antes de hablar y recordar el daño que puede hacer a la pareja.
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