Cuando nuestros hijos se van convirtiendo en jóvenes buscan nuevas experiencias y entre ellas está la ingesta de bebidas alcohólicas o licor. Todos hemos pasado por esta etapa, donde salir a bailar, juntarse con amigos es oportunidad para beber unas cervezas o tomar unos tragos. Lo difícil está en descubrir cuando una simple actividad social se convierte en un problema para nuestros hijos y la familia.
Usted como madre debe siempre estar atenta a ellos, sean mujeres u hombres siempre tendrán amigos y si su mayor diversión es ir a discotecas, caerán en la tentación de tomar uno o dos tragos. Tome en cuenta que si su hijo es tímido, el trago es un claro desinhibidor y creerá que es su aliado.
Por eso es importante conocerlos, conversar con ellos, no se trata de brindarles lo necesario en comida, vivienda, ropa y olvidar que sus experiencias, por más que no podamos evitarlas, deben ser manejadas. Sin hacerlos sentir que deseamos controlar a dónde van, a qué hora vuelve, con quién salen y qué beben. Seamos sus amigos y formemos parte de su vida.
Tome en cuenta que para evitar que su hijo tome demasiado interés por las salidas nocturnas y algunos vicios, es importante que desde pequeño practique deportes, una hija que hace danza o un hijo que juega fútbol es más difícil que se trasnoche un sábado porque mayormente los domingos practica o tiene eventos. Prevenga a tiempo.
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