El divorcio, causa un gran dolor en la pareja, aunque sea de mutuo acuerdo, ya que de cierta forma se siente como un fracaso.
Pero cuando hay hijos de por medio, el dolor se extiende a ellos, y es de lo que hablaremos hoy.
Divorciarse puede ser por un sin fin de motivos: un acuerdo, falta de amor, desavenencias entre la pareja, pero para los hijos es romper la estructura familiar.
Por eso debemos de saber como hablar con ellos, la manera de explicarles, para que no se sientan mal, o culpables muchas veces de esa ruptura.
Explicarles que ellos no son “culpables”, sino que es una decisión tomada por papá y mamá, ya sea: porque el amor cambió, hubo un desgaste, no pueden compartir muchas cosas como pareja,pero que eso no afecta en nada el amor que tanto papá como mamá mantienen intacto el amor hacia el o los hijos.
La relación que sigan manteniendo entre los padres será de gran importancia, ya que los niños no deben de estar inmersos en una situación que no buscaron, ni pidieron.
Las decisiones con respecto a los hijos,se deben de tomar entre ambos padres, y aunque tengan que hacer un esfuerzo, JAMÁS, DEBEN DE TOMAR DE REHENES A LOS HIJOS.
Es importante que los padres no hagan comentarios, de la otra parte que pueda dañar a los niños.
Siempre que hay un divorcio, hay cambios de conducta, en los estudios, comportamiento, por eso debemos de estar atentos y si es necesario, consultar a un especialista que los ayude tanto a los niños como a los padres a que está situación sea lo menos traumática posible.
Lo que tenemos que tener siempre presente es que los niños no son parte de esta situación, o por lo menos no de forma voluntaria, y por lo tanto debemos cuidar mucho, que transite este proceso de la manera más sana posible.
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