Acceder al papel de padre, consiste en aceptar que la relación cambia, y en aceptar un cambio en sí mismo… y en su pareja.
La mujer ya no es sólo amante. Para muchos hombres esta modificación es seguramente la más difícil de integrar. Sin embargo es indispensable. Se trata de una realidad. La relación amorosa exclusiva y erótica continúa existiendo pero acompañada de una nueva imagen: la amante se convierte en madre.
Es cierto que el padre puede negarse a asistir al nacimiento, por miedo a un traumatismo alejado del erotismo… pero la realidad es así y tiene que aceptarla. Daniel Bailly explica: «la pareja tiene que madurar. Pasar del estado adolescente al adulto, parental.»
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